¿Harán Historia?
Como sostiene Daniel Zovatto, el continente está viviendo un Súper Ciclo
Electoral que ocurre cada 12 años, en ese marco es que el pasado domingo
hubo elecciones federales y locales en México. Las encuestas mostraban,
por amplia mayoría, quien sería el ganador y no defraudaron, luego de dos
intentos previos Andrés Manuel López Obrador – conocido en México
como AMLO - ganó por el 53% la presidencia y ocupará el cargo el
próximo 1 de diciembre por los siguientes 6 años.
En estas elecciones el foco no estuvo en posibles casos de fraude electoral,
colaboró para ello el gran trabajo del INE para asegurar la transparencia y
el normal desarrollo de los comicios y combatió todas las Fake News que
se cruzaron por su camino. El foco lamentablemente fue la violencia. No
sólo aumentó a nivel general, sino que además se trasladó a la política,
resultando estas las elecciones más violentas en la historia de México. La
violencia política se cobró la vida de más de 100 personas en el marco del
proceso electoral, entre precandidatos, candidatos y políticos. En este
escenario el presidente electo prometió implementar un plan de
reconciliación y paz para el país.
Además de los hechos de inseguridad, los mexicanos se encuentran hartos
de la corrupción. Es por ello que con la coalición “Juntos Haremos
Historia”, AMLO y sus aliados lograron que la izquierda llegue al poder
rompiendo con años de gobiernos priistas y con el interregno del PAN,
partido que se había presentado como la renovación, pero resulto ser más
de lo mismo.
Si López Obrador junto con sus aliados – que provienen de diversos
partidos con ideas distintas - “harán historia” aún está por definirse. En
su mensaje al pueblo la noche de la elección Juan Manuel se dirigió a todos
los actores políticos buscando generar calma y anunciando que se trabajará
en base a las leyes y el respeto de las libertades sociales, pero muchos
presidentes han prometido lo mismo y la historia nos demuestra que estas
palabras son flexibles una vez en el poder.
Anunció que se preparan para generar la “cuarta revolución en la historia
de México” - después de la Independencia, las reformas liberales del siglo
XIX y la Revolución mexicana - . Proclamando que reforzará el mercado
interno, produciendo lo que se consume; que habrá disciplina fiscal y
financiera, con un Banco de México autónomo; sin aumento de tarifas ni
impuestos a la ciudadanía; y que combatirá la corrupción, causa principal
de la desigualdad social y económica del país. El interrogante es ¿podrá
hacerlo?
AMLO ya mostró durante su gobierno en la Ciudad de México su manera
de trabajar, apuntando a la trasparencia de gestión y austeridad, reduciendo
los altos gastos de los funcionarios y del gobierno y poniendo el eje en lo
social. Pero no es lo mismo gobernar una metrópolis que un país.
El análisis de los resultados no sólo debe considerarse dentro de las
fronteras del país sino que debemos enfocarnos en todo el cuadro de la
región. Estas elecciones se analizan en dos sentidos: hacia el norte y hacia
el sur.
Si miramos al sur, llama la atención, que México se ha movido hacia la
izquierda, cuando los países están apostando por partidos orientados a la
derecha, como el caso de Argentina, Chile y Colombia y los gobiernos de
izquierda que quedan no están pasando su mejor momento, claro son los
casos en Venezuela y Nicaragua.
Y al observar hacia el norte, muchos son los interrogantes que
encontramos, estamos frente a un NAFTA que está viviendo la mayor crisis
desde su creación. Los países son liderados por actores políticos muy
singulares, que han basado sus respectivas campañas en slogans que
buscaban tomar el descontento social y romper con los regímenes políticos
gobernantes. Por un lado tenemos a Justin Trudeau y su slogan “Canada is
Back”, definido como progresista: liberal en cuestiones sociales,
conservador en la gestión del dinero y que a su vez es pro-multilateralismo.
Por otro, con su “Make America Great Again”, encontramos a Donal
Trump definido como proteccionistas, populista y unilateral. Y ahora para
completar el tablero tendremos a López Obrador que basó su campaña en
“Por el bien de todos, primero los pobres”.
Algo que sí es seguro es que los tres pretenden generar una nueva
alternativa ante la crisis de la globalización y buscan reforzar sus países y a
su gente. La duda es si para conseguirlo lograran encontrar un punto de
equilibro y trabajar en conjunto o se romperá el orden en el Norte.

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